lunes, 18 de noviembre de 2013

MARIE QUEENIE LYONS: SOUL FEVER


Emerge un rostro de la más absoluta oscuridad en la portada del LP. Una nueva señal que añade misterio al contenido. Minimalismo estético en estado puro. Una franja amarilla curvada con el título del album y su nombre artístico (¿será también el real?) corona a esta fascinante cantante negra. En las notas que acompañan al disco pocos datos. Un enigma sureño que publicó un solo trabajo en 1970 y desapareció posteriormente ante la falta de interés o la acumulación de cantantes similares en su época. La Lyons era originaria de Louisiana y si fueramos amantes de la leyendas diríamos que hizo un pacto con el diablo o con el barón Samedi para que su voz cruda y melódica alcanzara un timbre tan especial como inimitable. Como si cruzaramos a la gran Aretha Franklin con la turbulenta Janis Joplin. Si me permiten tal comparación.

 
Marie Quenie Lyons se dejó la piel y las cuerdas vocales en el circuito Chitlin desde su primera aparición en 1963. Durante esa década trabajó como corista en la banda de King Curtis así como para otras figuras hoy legendarias como Fats Domino, Jackie Wilson, Jerry Lee Lewis o The Coasters. Su encuentro con James Brown tuvo que ser decisivo porque su único trabajo en solitario lo grabó para Deluxe, una subsidiaria del sello King (unido de manera indisoluble al padrino del soul). 

 
"Soul Fever" deja huella en sus apenas 35 minutos. Un trabajo impresionante donde la fuerza vocal de esta malograda diva de la música negra registra toda su fuerza en 12 cortes de lo más variado. Un vigoroso combo de desgarrado soul y R&B, que brilla tanto en sus baladas como en los temas a medio tiempo. Desde el soul inicial y urbanita  "See and Don´t See" que tiene su replica posterior en "I don´t want nobody to have it but you" pasando por los sonidos más clásicos de "Daddy´s House", "We´ll cry together" o "You used me", temas más bailables y rítmicos como "You´re thing ain´t no good without my thing", "I´ll drown in my own tears" (donde su portentosa garganta alcanza cotas insuperables) o Your key don´t fit it no more", su entonada versión del reconocible "Fever", o la brillantez alcanzada tanto en "Snake in the grass" como en los  temas que cierran el album, el elegante  "I want my freedom" o el emotivo "Try me".

 
Tan portentoso trabajo no recibió el eco esperado en su momento procando la desaparición de su protagonista. Sin embargo, esta joya de la música negra resistió decadas conviertiéndose en pieza de culto de DJ´s y seguidores de la música negra siendo rescatado a finales de la decada pasada por el sello Vampisoul en edición doble: LP y formato digital. Pocas veces una reedición ha estado tan justificada.

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