Es una de las películas más esperadas de Quentin Tarantino y también la primera en la que las filtraciones están jugando malas pasadas. El temible Harvey Weinstein ha pasado 8 minutos del filme en Cannes y las opiniones no han provocado un acuerdo tácito. El western es un género con una serie de características particulares al que los juegos autorales nunca le han funcionado. Todavía recuerdo lo que hizo Raimi con Rápida y Mortal (1995) o más recientemente Takashi Miike en Sukiyaki Western Django (2007), dos ejemplos excesivos, irónicos, falsamente rompedores y finalmente inocuos. Por ello, y aunque nunca le he puesto borrones a la obra de Tarantino guardo ciertas cautelas con su nuevo filme llamado "Django Unchained": revisión del black western de descendencia esclavista y posiblemente trufado de todo tipo de alusiones al maravilloso eurowestern. Confiemos que la cocketelera cinéfila no explote en esta ocasión. Los ingredientes como mínimo son curiosos.
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