miércoles, 8 de febrero de 2012

BLACK CHRISTMAS (1974) *


Cuando Bob Clark facturó a mediados de los 70 este excelente film, no imaginó que inauguraba sin pretenderlo el slasher** una de las corrientes más seguidas y desarrolladas en las siguientes décadas. Como hizo Mario Bava en “Seis mujeres para el asesino” con el giallo, Clark y su guionista Roy Moore, pusieron las pautas de un subgénero que murió de forma prematura nada más nacer, inconscientes sus seguidores que en este film seminal estaban ya prefigurados, desarrollados y agotados todos los elementos que distinguen este tipo de películas. Salvo contadas excepciones, la camada generada optará por explicitar todo lo que Bob Clark evitó hacer, agrandando así los defectos que el cineasta canadiense escondió con su pulcra escritura fílmica (remakes incluidos).


En una residencia universitaria femenina en plenas fiestas navideñas, empiezan a producirse una serie de asesinatos y desapariciones. Un psicópata escapado de un internado ronda el lugar ocultando un oscuro hecho del pasado....


Black Christmas no es aunque lo parezca un filme de terror puro. Es una película de suspense, un thriller para entendernos, donde hay un excelente dominio del tempo narrativo. Las dosificadas muertes, el juego de falsos asesinos, la delimitación de los espacios, la ocultación consciente del rostro/identidad del asesino, la simpática galería de personajes, su excelente ambientación e incluso la incredulidad general ante los hechos acaecidos son aspectos que realzan a este maravilloso clásico y lo distinguen de sus obtusos seguidores. Además, Clark se permite un juego perversamente metalingüistico, heredado de Hitchcock, Powell y Bava, ofreciendo el ambivalente juego de puntos de vista, donde víctima y asesino se confunden en muchos casos, ocasionando así la sensación constante de inestabilidad y miedo en el espectador. Su ambientación navideña le otorga insólitamente un aspecto de fabula fantasmagórica que la relaciona desde su postmodernidad con las tradicionales ghost story relatadas en dicha época.


La absurda polémica sobre la palpable influencia que Black Christmas tuvo sobre el Halloween de John Carpenter carece de todo valor al visionar la obra de Clark. Ambos cineastas juegan en la misma división y parten de idénticas fuentes (Psicosis, el giallo italiano...) salvo que Carpenter imprimió a su celebrada obra un nivel de abstracción ausente en Black Christmas, especialmente en todo lo referente a la naturaleza del asesino. El resto de aspectos utilizados en el debut de Michael Myers ya estaban en el seminal filme de Clark. Ambas películas son las cimas inalcanzables del slasher.


Black Christmas costó algo más de 600.000 dólares, tuvo un rodaje de 8 semanas y contó en su reparto con actores y actrices que sorprende encontrarles en un filme de estas características. No obstante, algunos de los actores previstos (Malcolm McDowell, Bette Davis, Edmund O´Brien) se cayeron del reparto por diversas razones. La película se estrenó inicialmente en USA con el título Silent Night, Evil Night para evitar que fuese confundida con una blaxploitation (un título sospechosamente similar a Silent Night, Bloody Night (1974) de Theodore Gershuny). Sin embargo, los pobres resultados en taquilla hicieron que se recuperase el ingenioso título original.


*Este artículo ya fue publicado en el blog La Abadia de Berzano en el especial dedicado a Bob Clark
**Black Christmas digamos que es la inauguración oficial del Slasher. Sin embargo, ese mismo año llegó también a las pantallas Noche Silenciosa, Noche Sangrienta (1974), un bodycount de ambiente rural y navideño, rodado por Theodore Gershuny un par de años antes y con resultados estimables, amén de compartir algunos aspectos con el filme de Clark.

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