lunes, 23 de febrero de 2009

SWEET SWEETBACK´S BAADASSSS SONG ( I )

Inicios de los 70. Una serie de películas recogen la ebullición de los movimientos negros que ya durante los años 60 promovieron la defensa de los derechos, el poder y el orgullo de la población afroamericana. Estos films tuvieron una evidente variedad genérica (con predominio del relato de acción urbano), presupuestos medios-bajos (solían ser financiadas por productores independientes aunque posteriormente las comprasen las majors para su distribución), un reconocible Black Star-System para satisfacer a los habituales mitómanos y gotas de concienciación social sin pretensiones de sesudos análisis sociopolíticos. Desde un punto de vista comercial, Las noches rojas de Harlem (1971) fue la obra necesaria para que Hollywood se diese cuenta de la importancia del nuevo filón. Pero fue otra película la que removió las entrañas del propio sistema, y al igual que había sucedido unos años antes con Easy Rider (1969), se convirtió en todo un referente para la cultura afroamericana del momento: Sweet Sweetback´s Baadassss Song (1971) escrita, producida, interpretada y dirigida por Melvin Van Puebles.

Sweet Sweetback es un jovencito homeless que es acogido en un burdel. Allí tendrá su primera experiencia sexual y se convertirá con los años en el protagonista de una serie de happenings sexuales que son representados para los habituales del lupanar. Una noche, un par de policías poco frecuentables, se le llevan del local. Mientras está con ellos asiste al maltrato que sufre un joven militante negro que ha sido arrestado por alteración del orden. Sweetback actúa y deja en coma a los policías tras darles una brutal paliza. Se inicia entonces la violenta huida del nuevo héroe negro.

Desde sus primeras imágenes, Sweet Sweetback´s muestra el carácter provocativo y aleccionador de su propuesta. La película esta dedicada a “todos los hermanos y hermanas que están hartos del Hombre” y para trasmitir dicho mensaje Van Peebles opta por un lenguaje vanguardista con abundantes clichés experimentales de la época: imágenes en negativo, jump-cuts, split-screen, zooms, distorsiones focales ... Estos aspectos icónicos alcanzan también a su banda sonora, realizada por unos primerizos Earth, Wind & Fire, que dentro de la marcada tonalidad radical del filme optaron por una fusión de sonidos funk, soul, blues y jazz obteniendo resultados altamente gratificantes. Dada las restricciones financieras con las que se movió el filme, su banda sonora se lanzó con anterioridad como vehículo de promoción, convirtiéndose desde entonces en una de las señas de identidad de la blaxploitation.

Sweet Sweetback no era el héroe habitual. El personaje emplea todas sus armas físicas para salir de todo tipo de entuertos violentos y sexuales. El nuevo ídolo afroamericano encuentra en su obsesiva huida las señas de identidad de su propia raza y lucha por ellas hasta llegar a sus máximas consecuencias. Uno de los aspectos que más llamaron la atención en su momento fue la agresividad sexual de algunas de sus escenas, entre ellas una escena de sexo entre un adolescente Mario Van Peebles completamente desnudo y una de las prostitutas. Este y otros momentos de la película le costaron la calificación X por parte de la Motion Pictures Producers Association, categoría únicamente utilizada para las obras de evidente contenido pornográfico. Lejos de amilanarse, Melvin Van Peebles empleó este detalle a su favor y acusó de racismo al citado organismo lo que ayudó aún más a promocionar la película. La idea de que Sweet Sweetback´s tenía un mensaje explosivo que el poder blanco quería censurar caló entre la población negra y los intelectuales liberales, que convirtieron a la película en obra de culto fomentada por sus exhibiciones en sesiones nocturnas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario